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1.
Diaeta (B. Aires) ; 38(171): 20-34, mayo 2020. graf
Artigo em Espanhol | UNISALUD, LILACS, BINACIS | ID: biblio-1249712

RESUMO

Resumen El día 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la enfermedad causada por el virus SARS-Cov2, COVID-19, como pandemia. La misma tiene distintas formas de presentación desde ser asintomática a formas leves atendidas en domicilio o internación para confinamiento, hasta formas complicadas en salas de clínica o requiriendo cuidados intensivos. La obesidad (especialmente, IMC>40 kg/m2) toma relevancia en esta enfermedad siendo un predictor independiente fuerte de hospitalización y agravamiento, después de la edad. Otras comorbilidades como la hipertensión arterial, diabetes y otras enfermedades cardiovasculares son también importantes en este contexto. El siguiente artículo de revisión intenta evaluar y resumir las distintas recomendaciones de atención nutricional publicadas, tanto por sociedades científicas como equipos de profesionales de instituciones sanitarias de diferentes países de la región y el mundo, así como dentro de nuestro país. El proceso de implementación del plan nutricional debe abarcar no sólo a aquellas personas hospitalizadas sino también a aquellos sujetos infectados con formas leves. El plan de atención nutricional debe estar integrado por cuatro etapas: evaluación del estado nutricional, diagnóstico nutricional, intervención y monitoreo/evaluación de los resultados, con especial atención en el cuidado del paciente en sala de cuidados intensivos. No habiendo recomendaciones espe- cíficas hasta la fecha, se sugiere adecuar las recomendaciones actuales para atención de adultos mayores, pacientes polimórbidos internados y pacientes críticos. La atención de estos grupos por profesionales de la nutrición se hace imperante para adecuar la alimentación a la sintomatología y estado de cada paciente en particular. Además, es fundamente el monitoreo al alta, dando puntual seguimiento a la recuperación y rehabilitación del estado nutricional, especialmente de la masa muscular que pudo haberse deteriorado durante la internación.


Abstract On March 11th, 2020, the World Health Organization (WHO) declared the disease caused by the SARS- Cov2 virus, COVID-19, as a pandemic. The presentation can range from being asymptomatic or mild home care stages or isolation, to complicated forms in clinic rooms or requiring intensive care units. Obesity (especially, BMI >40 kg / m2) is relevant in this disease, being a strong independent predictor of hospitalization and aggravation, following age. Other comorbidities such as high blood pressure, diabetes and other cardiovascular diseases are also important in this context. The following article aims at evaluating and summarizing the different nutritional care recommendations published both by scientific societies and professionals from health institutions in different countries of the region and the world, as well as within our country. The implementation process of the nutritional plan must include not only those hospitalized, but also the people infected with mild forms. The nutritional care process must include four stages: nutritional status assessment, nutritional diagnosis, intervention and monitoring / evaluation of the results, with special attention to patients in the intensive care units. As there are no specific recommendations to date, it is suggested to adapt the current recommendations for the care of the elderly, hospitalized polymorbid patients and critically ill patients. The attention of these groups by nutrition professionals is imperative to adapt the diet to the symptoms and condition of each individual patient. In addition, discharge monitoring is essential, giving timely follow-up to recovery and rehabilitation of the nutritional status, especially of the muscle mass that may have deteriorated during hospitalization.


Assuntos
Estado Nutricional , COVID-19 , Pandemias , Alimentos, Dieta e Nutrição , Obesidade
2.
Diaeta (B. Aires) ; 37(166): 41-48, mar. 2019. tab
Artigo em Espanhol | LILACS | ID: biblio-1039679

RESUMO

La lesión cerebral induce a la aparición de complicaciones gastrointestinales, especialmente gastroparesia, la cual es considerada uno de los pilares de la intolerancia digestiva alta. Se mide por el aumento en el residuo gástrico, reflujo gastroesofágico, vómitos, distención abdominal y/o diarrea. Como consecuencia, la nutrición enteral (NE) se inicia de manera tardía o ineficientemente, impidiendo lograr la meta calórico-proteica, aumentando el riesgo de neumonía aspirativa, prolongándose la estadía hospitalaria e incrementando la mortalidad. Se realizó una revisión bibliográfica con el objetivo de actualizar y describir el rol de la gastroparesia en el alcance de la meta calórica-proteica en el paciente neurocrítico. Se consultaron bases de datos electrónica: MEDLINE, EMBASE, LILACS, Cochrane, desde el 2007 a 2017. Se incluyeron 8 estudios, cuatro ensayos controlados y aleatorizados (ECA), dos observacionales y dos revisiones sistemáticas y metaanálisis. En tres ECA cuando la NE es postpilórica se logra un mayor aporte calórico y proteico. Dos estudios no encontraron diferencias en las calorías recibidas entre los pacientes alimentados a estómago o yeyuno. Dos revisiones y metaanálisis confirman menor riesgo de neumonía aspirativa pero no presentan diferencias en el porcentaje de adecuación a la NE por ambas vías. La mortalidad, días de asistencia respiratoria mecánica, estancia en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y hospitalaria no fue diferente cuando la NE fue a estómago o intestino. En conclusión, la persistencia del retraso del vaciamiento gástrico favorece al déficit energético y proteico, debido a la intolerancia a la NE lo que dificulta la progresión. A la fecha, pocos estudios recomiendan la vía postpilórica para mejorar la eficiencia nutricional. Futuros estudios deberán valorar las implicancias de alcanzar la meta calórica-proteica en los resultados clínicos de acuerdo a la vía de la NE, en esta población de pacientes(AU).


The brain injury induces the appearance of gastrointestinal complications, especially gastroparesis, which is considered one of the pillars of high digestive intolerance. It is measured by the increase in gastric residue, gastroesophageal reflux, vomiting, abdominal distension and / or diarrhea. As a consequence, enteral nutrition (EN) begins late or inefficiently, preventing the caloric-protein goal from being achieved, increasing the risk of aspiration pneumonia, prolonging the hospital stay and increasing mortality. A literature review was carried out with the objective of updating and describing the role of gastroparesis in the scope of the caloric-protein goal in the neurocritical patient. Electronic databases were consulted: MEDLINE, EMBASE, LILACS, Cochrane, from 2007 to 2017. 8 studies were included, four randomized controlled trials (RCTs), two observational studies and two systematic reviews and meta-analyzes. In three RCTs when the EN is post-pyloric, a greater caloric and protein intake is achieved. Two studies found no difference in the calories received between patients fed via stomach or jejunum. Two reviews and meta-analyzes confirm a lower risk of aspiration pneumonia, but there are no differences in the percentage of adaptation to the EN by both routes. Mortality, days of mechanical ventilation, stay in the intensive care unit (ICU) and hospital stay were not different when the EN was via stomach or intestine. In conclusion, the persistence of delayed gastric emptying favors protein and energy deficit, due to intolerance to EN, which hinders progression. To date, few studies recommend the postpyloric route to improve nutritional efficiency. Future studies should evaluate the implications of reaching the caloric-protein goal in clinical results according to the EN route, in this patient population(AU).


Assuntos
Gastroparesia , Lesões Encefálicas , Ingestão de Alimentos
3.
Diaeta (B. Aires) ; 35(160): 38-45, set. 2017.
Artigo em Espanhol | LILACS | ID: biblio-891132

RESUMO

El aumento en la expectativa de vida ha llevado a que las enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la vejez sean más investigadas. Las diversas intervenciones no farmacológicas en el campo de las demencias tienen su punto de partida en el concepto de neuroplasticidad o capacidad plástica del cerebro. Se conoce como neuroplasticidad a la capacidad cerebral para minimizar los efectos de las lesiones a través de cambios estructurales y funcionales, lo que permite al cerebro reaccionar o ajustarse a cambios ambientales internos y externos bajo condiciones fisiológicas y patológicas, a través modificaciones morfológicas extensas, como las que se observan en la regeneración de axones, formación de nuevas sinapsis, promoción de la neurogénesis, hasta sutiles cambios moleculares que alteran la respuesta celular a los neurotransmisores. Se ha propuesto como una de las estrategias en el tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer, el deterioro cognitivo leve y las intervenciones post ACV la suplementación con ácidos grasos poliinsaturados (AGPI). Los AGPI omega 3 (AGPI ω-3) poseen múltiples mecanismos de acción en el cerebro y en el sistema vascular que podrían generar cierta protección contra el declive cognitivo y la demencia. Los estudios encontrados que fueron realizados en humanos corresponden a pacientes con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer (EA) leve a moderada y en un solo trabajo se evaluó la suplementación con omega 3 en pacientes post ACV. Aunque la evidencia clínica es algo contradictoria, probablemente en gran parte debido a cuestiones metodológicas, diversos estudios han demostrado que los AGPI ω-3 pueden mejorar la función cognitiva en los individuos adultos sanos y atenuar el deterioro cognitivo en el envejecimiento y EA leve. En los pacientes con EA moderada no se observaron cambios significativos. Hasta hoy no existen resultados concluyentes para incluir a los AGPI omega 3 como parte de un protocolo de tratamiento en enfermedades neurodegenerativas. Se necesitan más estudios aleatorizados controlados para definir el tiempo, dosis y momento adecuado para la prescripción de estos ácidos grasos.


The increase in life expectancy has led to the fact that the neurodegenerative diseases related to old age are being more and more researched. The various non-pharmacological interventions in the field of dementias have their starting point in the concept of neuroplasticity or plastic capacity of the brain. Neuroplasticity is known as the brain capacity to minimize the effects of injuries through structural and functional changes, allowing the brain to react or adjust to internal and external environmental changes under physiological and pathological conditions, through extensive morphological modifications, as the ones observed in the regeneration of axons, formation of new synapses, promotion of neurogenesis, to subtle molecular changes that alter the cellular response to neurotransmitters. It has been proposed as one of the strategies in the treatment of Alzheimer's Disease (AD), mild cognitive impairment (MCI) and poststroke interventions with polyunsaturated fatty acid (PUFA) supplementation. The omega-3 PUFAs (ω-3PUFA) have multiple mechanisms of action in the brain and vascular system that could provide some protection against cognitive decline and dementia. The studies found that were performed in humans correspond to patients with mild cognitive impairment and mild to moderate AD and in only one study, supplementation with omega-3 in poststroke patients was evaluated. Although clinical evidence is somehow contradictory, probably largely due to methodological issues, several studies have shown that ω-3 PUFAs may improve cognitive function in healthy adult individuals and attenuate cognitive impairment in aging and mild AD. No significant changes were observed in patients with moderate AD. Until today, there are no conclusive results to include omega-3 PUFAs as part of a treatment protocol in neurodegenerative diseases. Further randomized controlled studies are needed to define the time, dose and appropriate timing for the prescription of these fatty acids.

4.
Diaeta (B. Aires) ; 35(158): 38-43, 2017.
Artigo em Espanhol | LILACS | ID: biblio-868858

RESUMO

La sedoanalgesia en el paciente neurocrítico permite la reducción del dolor, el control de la temperatura corporal, favorece la adaptación a la asistencia respiratoria mecánica y evita el aumento de la presión intracraneal. Además, disminuye la actividad cerebral mediante la reducción del consumo de oxígeno y la frecuencia cardiaca, repercutiendo directamente en el gasto energético en reposo. Se realizó una revisión bibliográfica con el objetivo de actualizar y describir el efecto de la sedación en el gasto energético de pacientes críticos con injuria cerebral, para lo cual fueron consultadas 4 bases de datos electrónicas: MEDLINE, EMBASE, LILACS, Cochrane, desde el año 2006 a 2016. Se observó que el gasto energético en el paciente neurocrítico es altamente variable debido a la utilización de sedoanalgesia, relajantes musculares y barbitúricos que lo reducen en un 12 a 32%, siendo menores los descensos con el uso de propanolol o morfina, atenuando el hipermetabolismo característico de estos pacientes. En conclusión, debe tenerse en cuenta el uso de sedación al momento de estimar los requerimientos energéticos a fin de evitar las consecuencias adversas derivadas de la hipo e hiperalimentación, siendo necesarios a la fecha disponer de más estudios al respecto.


Assuntos
Humanos , Lesões Encefálicas Traumáticas , Sedação Consciente , Cuidados Críticos , Metabolismo Energético
5.
Diaeta (B. Aires) ; 34(155): 48-55, abr.-jun.2016.
Artigo em Espanhol | LILACS | ID: lil-789616

RESUMO

La modulación de la respuesta inflamatoria e inmune en el paciente crítico ha sido objeto de múltiples investigaciones en la última década, debido a sus posibles efectos en el mantenimiento del funcionamiento del epitelio intestinal, del tejido linfoide asociado al intestino, mejora de la función de las células T, inhibición de factores pro-inflamatorios, disminución de la respuesta a la injuria, optimización de la cicatrización, mejora del balance nitrogenado y reducción de las complicaciones infecciosas y de la estancia hospitalaria. Por tal motivo, se realizó una revisión de la literatura del 2005 al 2016 a fin de evaluar la evidencia científica sobre el uso de inmunonutrientes (glutamina, arginina, ácidos grasos omega 3 y antioxidantes) en el paciente crítico. Aunque los primeros estudios han demostrado algunos beneficios clínicos, los estudios multicéntricos recientes no han logrado definir un beneficio consistente en términos de mortalidad o de otras medidas de resultado clínicas, por lo tanto, la evidencia actual muestra que la administración de inmunonutrientes no debe ser recomendada de forma rutinaria en el paciente crítico...


Assuntos
Humanos , Arginina , Cuidados Críticos , Glutamina , Apoio Nutricional , Pacientes
6.
Diaeta (B. Aires) ; 34(154): 23-28, ene.-mar.2016.
Artigo em Espanhol | LILACS | ID: lil-788840

RESUMO

En la injuria cerebral aguda se produce destrucción axonal, desmielinización y muerte celular neuronal, caracterizada por neuroinflamación, toxicidad excitatoria y estrés oxidativo. Los ácidos grasos omega 3, han mostrado tener un valor terapéutico potencial por sus efectos antiinflamatorios y citoprotectores. El cerebro es un tejido principalmente lipídico y los ácidos araquidónico (AA) y docosahexaenoico (DHA) son los que se encuentran en mayor concentración. Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPI-CL) cuando son liberados de las membranas se convierten en eicosanoides y docosanoides. Los derivados del AA poseen acción pro-inflamatoria, mientras que los derivados del ácido eicosapentaenoico (EPA) son anti-inflamatorios. El EPA y DHA pueden ser metabolizados a resolvinas y protectinas, que participan en el retorno de los tejidos a condiciones fisiológicas después del estrés o en la resolución de la inflamación. La administración aguda de AGPI-n3 después de la injuria cerebral traumática puede mejorar los resultados neurológicos, mediante la disminución de la neuroinflamación y del estrés oxidativo, el soporte neurotrófico y la activación de las vías de supervivencia celular. A pesar de la abundante evidencia sobre el efecto neuroprotector en modelos experimentales de traumatismo craneoencefálico (TEC), el papel de la administración de DHA y/o EPA en humanos sigue siendo incierto. Los resultados preclínicos y los informes de casos sobre el uso de ácidos grasos omega 3 en TEC parecen alentadores, pero es necesario contar con ensayos clínicos bien diseñados para poder determinar si la suplementación mejora los resultados después de la injuria cerebral...


Assuntos
Humanos , Traumatismos Craniocerebrais , Estresse Oxidativo
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